Inscribí a Antonio a este "playgroup casero" con una única expectativa bastante práctica y básica: que pasara unas horas de juego con otros niños y lo pasara bien, y al mismo tiempo yo como mamá pudiera contar con ese rato para otras cosas. Pero desde el primer día, la Isi nos sorprendió con muchísimo más. 
Ella tiene una forma admirable de hacer brillar a cada niño en su propia forma de ser, y los ha llevado por un camino donde abundan las emociones (todas tienen cabida respetuosa), el despertar de sus sentidos, la exploración, el asombro, el goce y la magia constante. 

Pero por sobre todo ese tremendo regalo, agradezco de todo corazón cómo trata con infinito cariño, respeto y admiración a mi polluelo y sus compañeritos. Cada uno se ha sentido único y tremendamente especial para la Isi, y eso es impagable para ellos y para nosotros como papás, que también hemos aprendido y recordado con ella, las grandes personas que habitan dentro de esos mini cuerpos.

Gracias Isi por tu entrega generosa y ese "amor del bueno" que hizo crecer nuestros corazones y llevarte para siempre en él con mucho cariño.